Anécdota rolera: El coliseo

En esta ocasión, yo acababa de crear las mecánicas de mi juego de rol. La idea era hacer varias historias OneShot para pulir el juego y luego se haría una campaña larga. En el OneShot del coliseo, los jugadores eran Tsuman, Krestra, Sick y Graymastem (Gray).

Tsuman y Krestra eran grandes guerreros mientras que Sick y Gray eran nigromante y un tirador (se le daba bien cualquier arma que fuese a distancia, aunque prefería utilizar jabalinas) respectivamente.

El argumento de la partida no era demasiado complicado. Salían a la arena, se enfrentaban a algo en determinadas condiciones y si se lo cargaban volvían al subterráneo, donde intentaban curarse las heridas. Nada del otro mundo.

Apareció un león enorme, por lo que los jugadores se separaron e intentaron atacarle desde diferentes direcciones, lo que era una estrategia más que válida. Tsuman y Krestra lucharon como campeones contra la bestia, esquivando zarpazos y fauces que podrían haberlos matado en cualquier instante. Sin embargo, no recibían ayuda de los otros dos. ¿Por qué?

Gray había cogido una jabalina y la había lanzado con todas sus fuerzas apuntando directamente a un ojo del león, pero fue Sick el que recibió el proyectil. Se habían enzarzado en una acalorada discusión sobre lo que había pasado. Sick se había metido mucho en el personaje y amenazó a Grey con matarle si volvía a osar atacarle. El tirador intentó cumplir con su palabra, pero volvió a atacar a Sick, que ahora se encontraba al borde de la muerte.

El nigromante estalló en cólera y con sus últimas fuerzas lanzó un maleficio que casi mata a Grey. Cuando éste último se dio cuenta de lo débil que era, se giró y me miró con una determinación férrea.

- Oye master...-comenzó a decir con una seriedad pasmosa- ¿No hay en el público una anciana o un niño discapacitado? así si me los cargo obtengo experiencia.