Storytelling: Fantasía y las escalas
El día de hoy hablaremos sobre la fantasía. Mucho se ha dicho de cómo escribirla, pero la idea es que en esta entrada os cuente sobre las cosas que he observado. Ahora, todo hay que decirlo, no voy a decir "esto se hace así", sino que voy a presentar ejemplos, argumentos y experiencias.
COMENZAMOS
Lo primero que uno percibe en un libro, historia, etc. es cómo empieza la historia, y puede que suene tonto, pero es tan básico que se tiene que decir así.
Independientemente de cómo es el mundo fantástico que has creado, que razas existen y qué es lo que lo hace especial, hay que tener en cuenta que se debe calibrar la escala. Lo que he visto con más frecuencia es que los mundos de fantasía se dividen en tres épocas.
- Época mítica: que es todo lo relacionado con la creación del mundo, dioses, cataclismos evolución y todos esos conceptos que nos gustan como trasfondo.
- Época heroica: que es ese período de tiempo en el que nacen as leyendas. No es mítico, pero es en el que aparecen todos esos personajes que consiguen cosas inalcanzables y dan forma al mundo actual.
- Época actual: actual en el sentido de que es la época en que nacen los personajes de la historia en cuestión.
Esto no tiene nada de malo y ya hemos visto historias que rompen con dicha estructura. Lo importante es que teniéndo claras esas tres épocas, hay que pensar en cuál va a surgir el/la/los/les personajes protagonistas de la historia en cuestión. Si es un libro autoconclusivo, ya no hay reglas. Puedes hacer lo que quieras. Sin embargo, si se trata de una saga, he visto que siempre se comienza después de la época heroica. De esta manera, los personajes ya viven en un mundo rico y forjado por eras de guerras, conflictos y grandes civilizaciones desaparecidas. Ningún problema.
El ejemplo perfecto para este tipo de estructura es "El Señor de Los Anillos". Imagina por un momento que la primera película hubiese sido "El Silmarillion. Sería tan infumable e incomprensible que muy poca gente la apreciaría. Sería demasiado para un primer libro.
En este caso, la época actual fue la que predominó, y eso es lo que hizo que todos conocieran historias de grandes héroes, de grandes males dormidos y demás elementos sirven como complemento del worldbuilding. Seamos claros, la segunda y primera edad existen para poder dar un poco de perspectiva sobre ese "hace mucho tiempo" que se quiere expresar.
La leyenda de Sigmar es un buen ejemplo de cómo contar una historia de la época heroica. Literalmente ves cómo un hombre cualquiera se convierte en el rey dios. Claro, como ya sabemos quién es, sabemos que no se va a morir, por ello, el autor lo hace sufrir emocionalmente durante toda la trilogía, y al lector con él.
¿Qué pasó con el Hobbit?
La respuesta es mi segundo punto. Un tema al que los autores nos enfrentamos a diario es aumento de escala. ¿Cuál es el ritmo apropiado para que la escala de los conflictos vaya aumentando? ¿Cuál es el límite? la respuesta es sí.
Ahora en serio, cada autor sabe el límite de sus historias y cuando llega al mayor de los conflictos posibles, para. Eso está bien, pero vamos a ver ejemplos.
El anime tiende a ir aumentando sin pausa, y aunque eso no es malo, tiene que haber un momento en el que se deba parar, porque sino, pasa como en Tengen Toppa Gurren Lagan, en el que la pelea final son dos ultra mechas lanzándose galaxias.
Naruto supo cuando parar. Una vez que se encuentra con el villano del principio de las eras, ya está´, para y se acabó la serie.
Ahora hablemos del Hobbit.
Aparte del encarnizado ataque en relación a que "quiere ser muy ESDLA" o que "no es fiel al libro", hay que tener en cuenta que "el Hobbit" baja la escala. La sensación que provoca ver un conflicto de escala mundial al conflicto de unos enanos y Bilbo, es decepción. Por eso Jackson se vio obligado a hacerlo tan despampanante, porque sabía que si lo hacía como el libro, no sería tan bien recibido por el tema de "bueno pero sabemos que pasa después". Lo digo en serio, si hubiese hecho "el Hobbit" antes que ESDLA, estaríamos mirando esas pelis de una manera muy diferente, más si hubiese sido fiel al libro y no la tuviese que estirar a TRES películas. Otro ejemplo de esto es Indiana Jones. Aunque a mí me haya gustado la película, mucha gente la odia, porque dice que ES DEMASIADO PARA LO QUE ES INDIANA JONES. Sí, está pasada de vueltas, pero es que las primeras tres películas ya lo eran, sólo que no tanto. Si se hubiese puesto el rollo de la calavera de cristal en una película posterior, de manera que la escala no subiera tan bruscamente, quizá habría sido aceptada.
Por último, también he encontrado un tema del que siempre he querido hablar. Decir todo lo que hay en el mundo al principio es un error. Ya me he abstenido de comprar algún libro porque en la primera página ya se habla de orcos, elfos, dragones y demonios. Eso hay que explicarlo, sí, pero con calma, con tacto, hay que colársela al lector.
En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad
Sólo se describe una cosa. UNA COSA. obviamente, a partir de ahí, a medida que el hobbit ve más mundo, nosotros sabemos más de ese mundo.
En este caso, la escala es: explico el entorno del personaje,y cuando salga de este, explicare su entorno y cómo su mente se expande. Pues claro, de eso se trata.
La conclusión a la que llegué es que se puede empezar desde cualquier punto, pero es recomendable tener bien claro cómo se explica la época mítica. No es por nada que "se huya" de ésta. También que hay que calibrar el ritmo del aumento de escala, porque si tu intención es que una saga dure 15 libros, pero ya hay un conflicto de escala global en el tercero, pues lo que te quedan son conflictos cósmicos, y bueno, si lo has calibrado, bien, pero dar saltos muy grandes no es muy recomendable.
Espero que esta entrada te ayude al menos un poco en tu "storytelling" y "worldbuilding".
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