Parte del barco parte de la tripulación
Hay un elemento muy presente en la sociedad humana. El día de hoy lo llamaremos "engranaje".
Siempre se ha dicho que el ser humano es un animal social (Zoon Politikon y todos esos latinajos, ya sabes), pero esto tiene raíces mucho más profundas de lo que uno puede llegar a pensar. A continuación, hablaré de lo que he podido ver.
Soy de las personas que cree que el ser humano no es un ser racional, al menos no enteramente. Considero que el ser humano es racional hasta que le presionan ciertos botones, y si esto sucede, se pierde cualquier rastro de la mente.
Todo lo que he dicho antes viene al tema que nos atañe, porque uno de los elementos que hace que las personas pierdan su racionalidad es el efecto "engranaje".
Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han utilizado relatos, símbolos y a personalidades para poder unirse. En las tribus se tiene a la familia, que es una pequeña comunidad en la que todo el mundo se conoce y, por ello, hay una cohesión social. Mientras tanto, cuando hay tantas personas que es imposible que se conozcan todas entre ellas, tenemos el uso de relatos. El punto es que esas herramientas sirven para unir a las personas y que no se maten entre ellas. Así pues, estas personas se sienten parte de un colectivo. Esto es un arma de doble filo.
Por una parte, tenemos los puntos positivos del efecto engranaje, tales como;
- La idea de que toda persona del colectivo tiene una suerte de familia enorme que la apoya, y esto es bueno.
- Un conjunto de personas que como mínimo creen que no son hostiles entre sí.
Todes conocemos muchos más puntos positivos, pero hoy me quiero centrar en los negativos.
El primero es el que está más a la vista pero es el más ignorado. Cuando una persona se siente perteneciente a un grupo, inconscientemente ha hecho una delimitación, por lo que entonces hay un "nosotros" y el resto. Si esto es así, entonces es muy fácil que haya un "nosotres" y un "elles". Esto parece básico pero lo cierto es que es un proceso que degenera en un "nosotres contra elles". Así, se crea un antagonismo que antes no existía y se toman decisiones que no son las más convenientes por la rabia y/o el miedo.
El segundo es que muchas veces, ya sea intencionalmente o no, se genera una especie de exclusividad en los colectivos/grupos/comunidades. Esto en un principio no es malo pero puede degenerar en el rechazo de quienquiera que quiera unirse también, o acercarse, siquiera. Así pues, aunque un colectivo diga que es el más abierto de mente de la historia, puede crearse una burbuja de lo que le gusta y lo que le parece bien.
La solución es estar consciente de que estas cosas pasan por instinto. El ser humano aún no ha evolucionado o suficiente como para dejar todos sus instintos atrás, así que ciertos comportamientos son inevitables si une se deja. Es difícil escuchar a gente que no está de acuerdo contigo, pero yo ahí veo dos opciones: 1) respirar profundamente y escuchar lo que tiene que decir (y posiblemente pillar nuevas perspectivas que te parezcan interesantes) y 2) enfadarte, soltarle alguna puya o enviar a esa persona a la mierda, preferiblemente antes de que termine de decir nada. Una de las dos es claramente más sana que la otra.
La conclusión de esta entrada es que sentirse perteneciente a un colectivo está bien y tal, pero si existe ese sentimiento, es muy fácil antagonizar a quienquiera que no esté en él. Así pues, también es fácil que aparezcan señales hostiles que solo han sido percibidas como hostiles.
Pues eso. Mucho cuidado con dejarse llevar por los sentimientos en depende de qué cuestiones, que ya hay suficientes problemas en el mundo como para que encima nos estemos peleando entre nosotres por sandeces.
Siempre se ha dicho que el ser humano es un animal social (Zoon Politikon y todos esos latinajos, ya sabes), pero esto tiene raíces mucho más profundas de lo que uno puede llegar a pensar. A continuación, hablaré de lo que he podido ver.
Soy de las personas que cree que el ser humano no es un ser racional, al menos no enteramente. Considero que el ser humano es racional hasta que le presionan ciertos botones, y si esto sucede, se pierde cualquier rastro de la mente.
Todo lo que he dicho antes viene al tema que nos atañe, porque uno de los elementos que hace que las personas pierdan su racionalidad es el efecto "engranaje".
Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han utilizado relatos, símbolos y a personalidades para poder unirse. En las tribus se tiene a la familia, que es una pequeña comunidad en la que todo el mundo se conoce y, por ello, hay una cohesión social. Mientras tanto, cuando hay tantas personas que es imposible que se conozcan todas entre ellas, tenemos el uso de relatos. El punto es que esas herramientas sirven para unir a las personas y que no se maten entre ellas. Así pues, estas personas se sienten parte de un colectivo. Esto es un arma de doble filo.
Por una parte, tenemos los puntos positivos del efecto engranaje, tales como;
- La idea de que toda persona del colectivo tiene una suerte de familia enorme que la apoya, y esto es bueno.
- Un conjunto de personas que como mínimo creen que no son hostiles entre sí.
Todes conocemos muchos más puntos positivos, pero hoy me quiero centrar en los negativos.
El primero es el que está más a la vista pero es el más ignorado. Cuando una persona se siente perteneciente a un grupo, inconscientemente ha hecho una delimitación, por lo que entonces hay un "nosotros" y el resto. Si esto es así, entonces es muy fácil que haya un "nosotres" y un "elles". Esto parece básico pero lo cierto es que es un proceso que degenera en un "nosotres contra elles". Así, se crea un antagonismo que antes no existía y se toman decisiones que no son las más convenientes por la rabia y/o el miedo.
El segundo es que muchas veces, ya sea intencionalmente o no, se genera una especie de exclusividad en los colectivos/grupos/comunidades. Esto en un principio no es malo pero puede degenerar en el rechazo de quienquiera que quiera unirse también, o acercarse, siquiera. Así pues, aunque un colectivo diga que es el más abierto de mente de la historia, puede crearse una burbuja de lo que le gusta y lo que le parece bien.
La solución es estar consciente de que estas cosas pasan por instinto. El ser humano aún no ha evolucionado o suficiente como para dejar todos sus instintos atrás, así que ciertos comportamientos son inevitables si une se deja. Es difícil escuchar a gente que no está de acuerdo contigo, pero yo ahí veo dos opciones: 1) respirar profundamente y escuchar lo que tiene que decir (y posiblemente pillar nuevas perspectivas que te parezcan interesantes) y 2) enfadarte, soltarle alguna puya o enviar a esa persona a la mierda, preferiblemente antes de que termine de decir nada. Una de las dos es claramente más sana que la otra.
La conclusión de esta entrada es que sentirse perteneciente a un colectivo está bien y tal, pero si existe ese sentimiento, es muy fácil antagonizar a quienquiera que no esté en él. Así pues, también es fácil que aparezcan señales hostiles que solo han sido percibidas como hostiles.
Pues eso. Mucho cuidado con dejarse llevar por los sentimientos en depende de qué cuestiones, que ya hay suficientes problemas en el mundo como para que encima nos estemos peleando entre nosotres por sandeces.
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